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Tratamiento

Tratamiento

El tratamiento de emergencia del ACV depende de si se
trata de un accidente cerebrovascular isquémico o
hemorrágico

Accidente cerebrovascular isquémico

En este caso, el objetivo del tratamiento agudo es restaurar rápidamente el flujo sanguíneo al cerebro, lo antes posible. A esto se lo denomina tratamiento de reperfusión. Para lograr este objetivo los médicos disponen de dos herramientas:

  • El uso de drogas especiales que disuelven coágulos de sangre, llamados trombolíticos.

  • La desobstrucción por medio de catéteres, también llamado trombectomía mecánica.

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La terapia con medicamentos para disolver coágulos debe comenzar dentro de las 4 horas y media de iniciados los síntomas de ACV, y cuanto antes, mejor. Un tratamiento rápido no sólo mejora las probabilidades de supervivencia, sino que también reduce las complicaciones y la discapacidad. 

La administración del medicamento trombolítico más utilizado, el llamado activador tisular del plasminógeno, se suele hacer mediante una inyección en una vena del brazo. 

El medicamento restaura el flujo sanguíneo disolviendo el coágulo que provocó el accidente cerebrovascular, evitando que sigan muriendo las neuronas y permitiendo que se recuperen las neuronas aún vivas pero que están sufriendo por el proceso de isquemia (déficit de oxígeno). Se considera que la administración de trombolíticos a tiempo (y siempre lo antes posible) es una de las medidas con más impacto en la evolución y pronóstico de los pacientes con ACV isquémico, ayudando a las personas a recuperarse, a veces por completo. El llamado “período de ventana” para el tratamiento trombolítico, el lapso durante el cual es posible la administración de estas drogas es de 4 horas y media desde el inicio de los síntomas de ACV, con un máximo beneficio cuanto antes se aplique la terapia. Pasado este tiempo, se considera que los riesgos exceden a los beneficios, por lo que las guías y consensos no aconsejan el tratamiento en la mayoría de los casos.

El médico considerará ciertos riesgos, como un posible sangrado en el cerebro, para determinar si el activador tisular del plasminógeno es el tratamiento adecuado de acuerdo al paciente.

En ocasiones, los médicos tratan el ACV isquémico con procedimientos que se llevan a cabo directamente dentro del vaso sanguíneo bloqueado. Estos procedimientos también deben hacerse lo antes posible, dependiendo de las características del coágulo sanguíneo:

Medicamentos administrados directamente en el cerebro.

Los médicos pueden insertar un tubo delgado y largo (catéter) a través de una arteria de la ingle y hacerlo llegar hasta una arteria en el cerebro para administrar el activador tisular del plasminógeno directamente en la zona donde se está produciendo el accidente cerebrovascular. Esto se denomina «trombólisis intraarterial». 

Extracción del coágulo con un stent intravascular.

Los médicos pueden también usar un catéter para manipular un dispositivo dentro del vaso sanguíneo bloqueado en el cerebro, para atrapar y extraer el coágulo. Este procedimiento, llamado trombectomía mecánica, debido al calibre de los catéteres sólo puede llevarse a cabo en obstrucciones que se producen en arterias de gran tamaño (los llamados ACV de grandes vasos), y es particularmente beneficioso para las personas con coágulos grandes que no pueden disolverse completamente con el activador tisular del plasminógeno, aunque este procedimiento a menudo se lleva a cabo en combinación con un trombolítico intravenoso. 

Para disminuir el riesgo de tener otro accidente cerebrovascular, es posible que el médico recomiende un procedimiento para abrir una arteria estrechada a causa de una placa de colesterol (llamada placa ateroesclerótica). Dependiendo de la situación, se pueden indicar:

Endarterectomía carotídea: En una endarterectomía carotídea, el cirujano extrae las placas de las arterias que se extienden a lo largo de cada lado del cuello hasta el cerebro (arterias carótidas). En este procedimiento, el cirujano hace una incisión a lo largo de la parte delantera del cuello, abre la arteria carótida y extrae la placa que bloquea la arteria. El cirujano luego repara la arteria con puntos o con un parche hecho con una vena o un material artificial (injerto). El procedimiento puede reducir el riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular isquémico. 

Angioplastia con stent: En una angioplastia, el médico suele acceder a las arterias carótidas a través de una arteria en la ingle o en la muñeca. De manera suave se introduce un catéter y se lo guía hacia las arterias carótidas del cuello. Después, se infla un globo que está ubicado en la punta del catéter, llamado balón de angioplastia, para aplastar la placa de colesterol y expandir la arteria que está estrechada. Luego se puede introducir un stent para ayudar a mantener la arteria abierta.