La vida después
de un ACV
La vida continua después de un
accidente cerebrovascular (ACV)
Vivir con un trastorno del lenguaje
Lo que nos diferencia de otras especies es la capacidad de comunicarnos, ya sea de forma verbal o escrita. Los trastornos del lenguaje afectan en forma directa la capacidad del paciente de interactuar con su entorno, de comunicar sus necesidades, sentimientos y opiniones; lo cual genera mucha frustración en el paciente, en su familia y en sus cuidadores, afectando en forma directa su sociabilización
Afasia
La afasia es el trastorno del lenguaje para expresarse, para comprender, o ambos a la vez. En la afasia de expresión los pacientes saben lo que quieren decir, lo "tienen en su cabeza", pero no pueden expresarlo; en su lugar emiten palabras sueltas o lenguaje telegráfico, inclusive pueden intercambiar una palabra por otra o pronunciar palabras con letras cambiadas. En los casos más graves de afasia de expresión puede que los pacientes se encuentren imposibilitados de emitir sonido alguno. En la afasia de comprensión los pacientes pueden expresarse en forma fluida, inclusive hablar en forma verborrágica, pero con un lenguaje arborizado sin contenido; aquí el problema principal es que no comprenden lo que se les dice.
En ambos trastornos se pierde la capacidad de leer y escribir.
Disartria
La disartria es un trastorno en la articulación de la palabra, que se encuentra presente en el 20% de los pacientes con ACV. Los pacientes "arrastran" las palabras, hablan "como borrachos". Puede deberse a debilidad en cara, lengua, paladar, labios y cuerdas vocales.
Apraxia del lenguaje
Es un trastorno neurológico caracterizado por una dificultad para programar la secuencia de movimientos necesarios para producir el habla. En la apraxia del lenguaje está afectada la coordinación, programación y secuenciación de los movimientos necesarios para emitir los sonidos del habla. Suele ocurrir en forma
concomitante con afasia de expresión. Aquí no existe una debilidad o parálisis de los músculos involucrados en el habla (músculos de la cara, lengua, labios, o cuerdas vocales) como en la disartria. En la apraxia el cerebro sabe lo que quiere decir, pero no puede planear adecuadamente ni establecer la
secuencia correcta de movimientos para emitir el lenguaje. Como la persona no puede poner en el lugar correcto las partes del cuerpo responsables de producir los sonidos, como la lengua o los labios, el lenguaje sale mal, distorsionado o poco entendible, siendo más notorio en la pronunciación de las
vocales y en las palabras largas o dificultosas.
Todos estos trastornos del lenguaje pueden ser desde leves a severos, transitorios a permanentes, dependiendo de la gravedad del ACV, pero todos tienen potencial de rehabilitación y mejora. El primer objetivo después de sufrir el ACV es encontrar la forma de comunicarse con la familia y el equipo médico, ya sea mediante figuras, gestos, señas con las manos, escribiendo palabras sueltas o señalando en un abecedario. El neurólogo determinará el trastorno del lenguaje específico y derivará a fonoaudiología para su correcta rehabilitación.
- Focalizarse en una tarea, no intentar realizar muchas cosas a la vez
- Mantenga la calma
- A veces es útil escribir las cosas antes de decirlas. Tenga lápiz y papel siempre a mano.
- Trate de usar tarjetas con palabras clave e imágenes.
- Si la gente se comunica con usted en forma escrita, que lo hagan con marcadores gruesos, bien visibles.
- Juegue juegos como el Scrabble para deletrear palabras.
- Si no puede escribir o hablar, intente con gestos, señales de manos o imágenes simples y señalelas; ejemplo: baño, comida, dolor.
- Si tiene problemas en encontrar palabras precisas mire a su alrededor y encontrará pistas del entorno, del medio ambiente.
- Existen apps que son de ayuda para pacientes con afasia (LetMeTalK®, RecoverBrain®).
- Hable lento y claro
- Tenga paciencia
- No interrumpir y corregir continuamente
- Prestar atención al lenguaje corporal y gestual
- Capte la atención del paciente
- Comunique de a una idea a la vez
- Puede usar preguntas con respuestas de sí o no
- Evitar preguntas abiertas, por ejemplo: “¿Qué quieres comer?” En su lugar, preguntar: “¿Podrías señalar en la carta qué quieres comer?
- No hablar en lugar del paciente intentando adivinar qué quiere decir
- Evitar hacerlo repetir cuando dice mal una palabra u oración, evitando fomentar errores en el aprendizaje
- Estimular a la utilización de un lenguaje bien estructurado (frases cortas, vocabulario sencillo)
- Eliminar ruidos y elementos distractores (televisión, radio)
- Dejar tiempo extra para el procesamiento de la información
Dónde obtener ayuda
Si bien los fonoaudiólogos son los especialistas en este tipo de rehabilitación, sugerimos una primera visita con un neurólogo para un diagnóstico específico del trastorno del lenguaje y posterior derivación. La rehabilitación suele ser personal pero también se pueden complementar con sesiones grupales. Los acompañantes del paciente con afasia también deben ser entrenados.