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La Vida Despues de un ACV

La vida después 
de un ACV

La vida continua después de un 
accidente cerebrovascular (ACV)

Rehabilitación

Sufrir un ACV cambia la vida de una persona. Ya sea por la aparición de una discapacidad motora, cognitiva, del lenguaje o por la presencia de complicaciones asociadas. Esta nueva situación nos impide volver a vivir la vida de la misma forma como lo hacíamos previo al ACV; pero el trabajo multidisciplinario en una adecuada rehabilitación, el apoyo de los seres queridos y fundamentalmente una importante fuerza de voluntad en pos de la recuperación es lo que hace la diferencia y nos permite salir adelante.
 

Aunque es importante tener objetivos realistas con respecto a las secuelas actuales y futuras, no hay que perder la motivación, comprendiendo que los cambios no son de un día para otro y que se requiere de paciencia y perseverancia.
 

Por otro lado, los pacientes pueden experimentar otras complicaciones del ACV, tales como depresión, fatiga, labilidad emocional, incontinencia urinaria o fecal, o dificultades deglutorias, que pueden ser igualmente discapacitantes y que deben ser correctamente evaluadas y tratadas.

En un ACV se produce la muerte de un grupo de neuronas y esto es un fenómeno irreversible; afortunadamente las neuronas circundantes a la zona lesionada son "estimuladas", adquieren capacidades nuevas y pueden comenzar a cumplir funciones que anteriormente no cumplían. Este fenómeno se llama neuroplasticidad, se basa en el aprendizaje basado en la repetición y se produce mediante la generación de nuevas conexiones entre las neuronas. Es decir, el cerebro se reconecta de una forma diferente, reaprende. La neuroplasticidad puede favorecerse con la rehabilitación.

Si bien todo paciente puede rehabilitar se sabe que el primer año es la etapa de oro, por lo cual es de vital importancia tener un plan organizado antes del alta del hospital.

El tiempo de inicio e intensidad exacta de la rehabilitación es un tema controversial, y puede variar de paciente en paciente. Sin embargo, la evidencia demuestra que en general es beneficioso iniciarla tan pronto como el paciente se sienta listo y pueda tolerarla (después de 24 horas del inicio del ACV), con una intensidad suficiente, que en promedio debe ser de al menos 3 horas por día. Se sabe que la rehabilitación intensa dentro de las primeras 24 horas del evento puede ser perjudicial.